martes, 8 de junio de 2010

Esos que chillan por la calle

Hace demasiado tiempo que no dejo pensamientos aquí, y no por falta de cosas por decir. La vida real, aquella maldición de la clase bloguera, ha intervenido en la forma de un exceso de trabajo en los últimos días. No me quejo; con los tiempos que corren, muchos darían su brazo derecho por tener semejante problema.

Muchos tambien darían aunque fuera un par de dedos por tener los problems de los funcionarios, que tienen el puesto garantizado pase lo que pase. No es agradable que te bajen el sueldo, pero no saben ni sabrán lo que es ir al paro, o tener que cerrar su negocio por falta de clientes.

Hoy he visto y oído a los cocos manifestarse- y como se manifiestan- por todo el centro. Están en su derecho de defender sus propios intereses sin pensar en los demás, pero me pregunto que apoyo popular van a tener cuando millones de personas han sufrido mucho más que un recorte de sueldo.

Por casualidad estuve en el Ayuntamiento esta mañana, de papeleo. Atestada la sala, había una señora atendiendo, a su ritmo pero bueno, y cuatro tocándose los huevos: dos de chachara y dos que, por lo visto, sólo podían recoger otros impresos, y no los que llevabamos todos.

Ante semejante ineficacia e inutilidad, cuesta preocuparse porque a esta gente, cuyo puesto, que no debería ni existir, estamos pagando todos en perpetuidad, les hayan quitado un poco de dinero. Y de solidarizarse que se olviden.

Sí lo puedo sentir, hasta cierto punto, por los policías que tienen que lidiar con la gentuza por menos que antes, con los barrenderos que tendrán que limpiar nuestra mierda por un sueldo incluso más miserable que antes. Pero los del papeleo que no me digan nada.

Millones de personas están sin trabajo, y millones más intentan malvivir con ingresos fuertemente reducidos, trabajando mucho más para ganar la mitad, y con la probablidad de quedarse sin nada a corto plazo. Que los funcionarios cobren un poco menos, con el trabajo y la pensión asegurados, no es ni un atropello ni un ataque a los derechos de nadie. Así que se traquen el pito los cocos y sus allegados. Los demas tenemos problemas de verdad.

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