jueves, 17 de marzo de 2011

No, Sr Sampedro, Adán y Eva no Hablaban con Besos

Un periodista de El País, Javier Sampedro, escribió esto el otro día, al comienzo de éste artículo:

El artefacto ideal para responder la pregunta del millón -¿de dónde venimos?- sería una máquina del tiempo, pero el segundo mejor es un secuenciador de genes. Un equipo de genetistas y matemáticos ya tiene la respuesta: toda la humanidad actual proviene de una población de cazadores-recolectores que se originó en el sur de África hace 200.000 años. Nuestros primeros padres eran bosquimanos y se comunicaban en khoisán: la lengua ancestral de la humanidad, donde las consonantes eran chasquidos como el sonido de un beso.

El País es un periódico serio, dentro de lo que cabe, pero la prensa en general aspira a muy poco y el periodismo científico es de auténtica vergüenza (o risa, según se mire). Todo lo que dice en el párrafo citado, y casi todo del resto, es falso, con la posible excepción de la primera frivolité, que sirve, supongo, para asegurar al lector que no tendrá que pensar mucho.

Digo que es falso, pero no como las noticias políticas son falsas- por la necesidad de aplicar una perspectiva concreta- o como las de sucesos- por la falta de datos y la necesidad de atraer al público- sino por la simple ignorancia del escritor. Buscando un gancho, porque la prensa cuenta historias, no hechos, ha creído encontrarlo y no ha entendido nada. poco le importa, por lo que se ve.

El punto de origen de Homo sapiens no está seguro aún. Parece casi seguro que evolucionamos en África, y hace mucho que los expertos se decantan por el este, pero todo nuevo dato afecta los modelos y las hipótesis. Puede ser que vinimos del sur, pero el artículo de Brenna Henn et al no lo prueba, ni mucho menos. Los autores ni siquiera lo afirman, sino que sugieren que sus investigaciones indican que ese resultado es posible, y la mayoría de respuestas de expertos que he visto son muy cautas, y cuestionan incluso las conclusiones tentativas de los autores.

Lo que dice el periodista del lenguaje apenas merece comentario, salvo recomendar que la próxima vez que pretende informarnos de algo se documente un poco antes. Es probable que el lenguaje tal y como lo conocemos no existiera hace 200,000 años, y los cambios en el lenguaje son tan rápidos que es imposible decir cómo era la familia Khoisan hace la vigésima parte de ese tiempo, ni siquiera si los sonidos conocidos como clicks existían en el repertorio fonológico.

Estos sonidos sólo se usan, con unas excepciones sin importancia, y una fascinante, pero también sin relevancia aquí, en la familia Khoisan, y la familia se emplea como proxy para las poblaciones, pero sólo sirve para cientos de años, o unos pocos miles, y con una precisión muy difícil de cuantificar.

En fin, Henn y su equipo no han demostrado nada concluyente, y lo saben. Hace 200,000 años no había Bosquimanes, ni obstryentes con doble articulación, y Adán y Eva no hablaban con besos. El artículo de Sampedro es una completa estupidez.

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