La Ley Anti-Tabaco

Una ley illiberal, innecesaria, and bastante estúpida, por cierto. Pero no es culpa directa de Zapatero. No en el fondo. Tampoco es culpa directa de Bruselas, aunque me encanta echar la culpa a los dos. La Organización Mundial de la salud hace años que ha enganchado a la mayoría de los paises 'civilizados' a fortalecer poco a poco las leyes que prohiben el tabaco. Es decir que un presidente o diplomático (posiblemente el propio Zapatero, no lo sé y no tengo ganas de investigar) apuntó a España a una promesa que ningún gobierno o parliamento posterior puede incumplir sin más problemas de los que quiseran afrontar. Así que tenemos que tragar las tonterías estas.

Naturalmente, la hostelería está sufriendo mucho, porque a la mitad de sus clientes Zapatero les ha prohibido la entrada. Todos sabíamos que iba a pasar, y no sólo por ser lógico, sino también es la experiencia en una serie de paises, entre ellos el mío, que ya lo han hecho. Estos días la Asociación de Hosteleros de CLM está de gira por las capitales de la región, y hoy les tocaba Ciudad Real. El portavoz habló bien, y se portaron correctamente. Da gusto escuchar unas reclamaciones no infiltradas por la exrema izquierda, y que en vez de pedir a gritos el dinero de los demás, piden sólo que les dejen en paz para atender a sus clientes y ganarse la vida.

Las protestas no servirán de nada, por supuesto (ojalá me equovoque) pero espero que incomoden en algo al gobierno, y que se entere de que sus 'principios' como les gusta llamarlos, rebosando auto-satisfacción y un excesivo sentido de su propia importancia, nos salen muy caros a los demás.

Ni fumo ni trabajo en hostelería, pero me gusta la libertad, y esta ley es una imposición arbitraria, hecha porque pueden, un favor cobrado a cambio de no se sabe qué.

Si no encuentra Vd. un bar a su gusto, ponga uno y beba allí. Nadie tiene derecho a obligar a otro a diseñar su empresa a su antojo, y nadie está obligado a entrar en un bar si no quiere, así que el problema no existe a nivel legal.

Mientrás tanto, en Barcelona, los tribunales están quemando libros. Hay que joderse.