La San Pedra está viva, activa, llena de gente. Donde le hotel y el camping se oye el alegre aullar de la juventud divirtiéndose. En el Baño de las Mulas los peces despejan la zona y se van a otro lado cada mañana al llegar los bañistas. Sitio patrocinado por niños mayormente, y mayores que nadan con mucha cautela.
La del Rey está como siempre. En la carretera, con su chiringuito, su ‘playa’ y sus botes y canoas, y siendo tan grande y profunda, mucha gente se detiene allí y nunca llega más lejos.
La Conceja es bonita. No tiene baño, pero caminar por su borde ofrece recompensa en forma de sombra, tranquilidad y belleza.
Laguna Blanca es un secreto. Muchos a los que les gustaría no saben que existe, y los que lo saben se imaginan que es otra cosa bien distinta. Pero no. Tiene fácil acceso desde la carretera, su propio aparcamiento, agua cristalina, un baño bastante seguro, y sitio para andar, a la búsqueda de sapos, ranas, aves, juncos, vistas y paz. Y es blanca, sí. Por el fango del fondo.
La libélula de la foto la vi allí, y la saqué cuando posó momentáneamente en un tallo de hierba. Las había de azul cobalto, negro, rojo fuego y rojo sangre, naranjas, transparentes, amarillas, y esta, de oro puro.
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