Intentaré en unos pocos párrafos describir lo que es el parque del Retiro un día cualquiera. Más precisamente, un sábado de febrero soleado y sin aire, que a lo mejor no es un día cualquiera. Puede que sea un día especial. Pero para mí fue un día escogido al azar, por la casualidad que me llevó a Madrid este fin de semana. Una vez en Madrid, me dirijo, entre otros sitios, al Retiro. Y cuento lo que veo y lo que vivo.
El lago está con botes casi cualquier día, y un buen día de fin de semana está como se ve en la foto. No son todas parejas o familias, hay gente que rema sola, para disfrutar de la soledad, o el aire fresco y el olor del agua.
En el camino al lado del lago hay, como no, las del tarot, leyendo los cotilleos con cara de aburrimiento, los retratistas, que siempre acaban de tener a Elvis de cliente, el del monociclo, joven y gracioso, las estatuas vivientes, la mayoría sin imaginación- no me sorprende, ahora tienen su propio sindicato y todo- los de las burbujas gigantes, los de las marionetas, los payasos, los personajes de dibujos animados, el que amaestra a su perro, el que usa un látigo para controlar a los espectadores y por supuesto, los malabaristas con pantalones que no lleva ninguna persona normal. Todos allí para ganarse la vida, y los que pasan por allí, para verles o para evitarles, lo hacen para divertirse. Todos están porque sí.
Patinadores. Por todas partes patinadores. Con patines en línea, por supuesto, lo moderno ante todo. Entrenan, dan sus primeros pasos, hacen ejercicio aeróbico y anaeróbico, dan vueltas, hacen curvas sin motivo, se lanzan a la carrera porque sí, van en pareja charlando, en grupo riéndose, a empujones, solo, con cascos y un objetivo indescifrable, disfrutan de su pericia o de su torpeza, juegan al hockey con amigos, pasean al perro, juegan al frisbi, bailan en pareja, se caen al suelo, y sobre todo, se divierten, cada uno a su manera.
El parque no es un intento de recrear el campo en la ciudad. Es una parte de Madrid, donde Madrid se expresa con libertad e imaginación.
domingo, 21 de febrero de 2010
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