No sé quién es Willy Toledo, ni me importa mucho, si lo que citan aquí es típico de lo que pasa cuando abre la boca. Algún tipo de actor, por lo visto. Lo que sí está muy claro es que tiene acceso fácil a los medios de comunicación, que incluso toman en serio todo lo que dice. Los demás no tenemos esa suerte; cuanto soltamos nuestras opiniones sobre el mundo tenemos suerte si nos escucha nuestra mujer o un par de amigos, y desde luego no nos toman en serio. Nosostros, los currantes anónimos no podemos aspirar a salir en la prensa nacional cada vez que hablamos. A pesar de lo cual, es este sujeto, y no nosotros, que se queja de que no tiene libertad de expresión en España, porque alguien se ha atrevido a mostrar desacuerdo con lo que ha dicho. Y esto lo ha dicho en el contexto de comentarios sobre un hombre cubano que ha muerto por no querer renuncia a la libertad de expresión que Castro no le quería reconocer.
Para que quede claro, Orlando Zapata no era delincuente, y mucho menos terrorista. Fue condenado a 36 (sí, treintaiseis) años de cárcel por protestar reiteradamente contra el hijoputa que sigue destruyéndoles la vida a sus compatriotas. Por hablar, en esencia, por decir cosas no autorizadas. Al Sr Toledo el gobierno no propone encarcelarle ni privarle de ninguna libertad o derecho por decir lo que ha dicho. Luego hacer una comparación de este tipo es de una estupidez y un narcisismo realmente asombrosos, además de un mal gusto tremendo.
Sé que es actor, y no deberíamos esperar intelegencia, ni análisis concienzudo, ni mesura ni conocimiento básico del mundo real; no deberíamos, en definitiva, esperar nada más que la estupidez y el narcisismo que, en efecto, ha manifestado, pero lo que sí se podría esperar de unos medios serios en un país serio es que, cuando un imbécil sin importancia dice idioteces, no se le haga caso.
Addendum: Respeto a la muerte de Orlando Zapata, un portavoz de los tiranos dice esto. Dejo como ejercicio para el lector el subrayar las incongruencias y falsedades, e identificar por qué lo que cuentan de su pasado suena a invento. Es cierto que no suelen matar a sus paisanos en público, esto no interesaba a Fidel y sus amiguetes, pero han respondido con rapidez. Y aquí una opositora experimentada reflexiona sobre el fallecido.
Luego pensemos qué libertades nos faltan en España. No se está tan mal.
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