domingo, 27 de febrero de 2011

España me la Suda

Fernando Savater dixit. Comparto su sentimiento. No así su matización, 'en todo caso, lo que me interesa es el Estado.' A mí el Estado tampoco me 'interesa' en sí.

España es una entidad histórica, geográfica, política y cultural que ha sido grande por su poder en el mundo entero, por su riqueza, por su arte, y ahora es grande por su ejemplo de transición y libertad estable en un mundo que a menudo no quiere saber que estos son fines asequibles.* Estos aspectos de las Españas múltiples que ha habido en la tierra y en el tiempo son dignos de valorar, y los valoro. Como extranjero valoro además la posibilidad de vivir en un pais que no sólo sabe valorar la libertad y la prosperidad, sino que también en lo personal, culinario y hasta meteorológico da gusto estar.**

Sin embargo, digo que España me la suda.

Lo que nos importa a nivel individual, lo que nos debería importar a nivel colectivo, y lo que deberían perseguir los dirigentes de pueblos y paises (que siempre existirán, sean del tipo que sean), es la libertad, prosperidad y bienestar. La felicidad es cosa nuestra, pero la salud depende en gran medida de la economía, que depende mucho de la política. La libertad hay que saber ejercerla, a muchos les da miedo, y hay mucho irresponsable por allí, pero que reconozcan que sentimos y pensamos y creemos y hasta cierto punto hacemos lo que nos dé la gana es el comienzo, sólo el comienzo, de un buen gobierno.

España, el estado, la democracia, la EU, una ideología o sistema de gobierno cualquiera, son buenos o malos en la medida en la que nos permiten tener libertad, prosperidad y bienestar (salud). Si no, no valen nada. Fidel Castro justifica la existencia del CDR, fuerza arbitraria, represiva y violenta, una policía política que ni se molesta en ser secreta, porque la revolución es buena para los cubanos y hay que defenderla a toda costa, así que empobrece, encarcela y amenaza brutalmente a la gente por su propio bien. Tales incoherencias no nos sorprenden en gentuza como Fidel o Kim Jong-Il, pero esperamos más de nuestros líderes, sean de izquierdas, derechas o del agujero del donuts.

Y a veces nos decepcionan. (Me decepcionan en mucho, a decir verdad, pero que me decepcionan en esto es especialmente decepcionante). La UE cree necesario recordar a sus funcionarios que su deber es trabajar por el bien de la Unión y sus ciudadanos, no por el de sí mismos. Está bien recordárselo, y a los nuestros también, por cierto, pero lo que subrayo sobre, y es hasta siniestro. La UE no debería tener otra función que beneficiar a los que la componemos. Cuando su existencia se convierte en un fin en sí mismo todos perdemos.

Lo mismo España. Que Cataluña se vaya por su cuenta no nos hace a los demás menos libres, ni cambia el papel de 'España' o 'el estado español' en procurar nuestro bienestar. España ha sido muchas cosas, y la condición de sus habitantes nunca ha dependido de la geografía sino del orden constitucional. Pero La Constitución actual, aunque parece que nos sirve bien, no es la única posible para alcanzar tal fin. No hay que obsesionarse.

Criminalizar las ideas políticas para proteger una ideología es no entender la libertad. Es muy cómodo reprimir a Batsuna por la fuerza, en vez de vencer sus ideas libremente con la razón, o aceptarlas si resultan mayoritarias, pero a dónde nos lleva. Yo, además de a Batasuna, suprimiría el partido comunista, otros encarcelarían a los del Partido Popular o expropiarían el Santiago Bernabeu para el cultivo de marijuana o verduras orgánicas. Pero si hay una España que me importa ahora, una España que sí echaría de menos, es la España en la que se defiende la libertad de ser diferente, de opinar, de ofrecer opciones sociales y políticas para su aceptación o rechazo, de hacer pacíficamente lo que se quiera sin tener que justificarse constantemente o defenderse de unos que quieren prohibir los actos o ideas porque sí.

Aquella España merece ser protegida. Pero aquella España, que es ésta, no es una ideología; somos todos. No tenemos límites fijos, ni estamos expresados en documentos firmados por presidentes y reyes con gran ceremonia; cambiamos constantemente en todos los aspectos, y no pasa nada. No se pierde nada. Lo que importa sigue aquí.

*¿Quién sabe que pasará en los paises Arabes que actualmente se están rebelando contra los tiranos que los gobiernan? La izquierda cómoda y racista da por hecho que 'los moros no saben hacer democracia'. Lo mismo se decía de los españolkes, de los portugueses, de los argentinos, los chilenos, los checos, los lituanos etc, y todos (es decir, tanto la gente como sus líderes políticos, trabajando juntos y por el bien de todos, cosa milagrosa, pero puede ocurrir) demostraron que su deseo de libertad iba ligada a una voluntad organizativa y tolerante que permitió buscar la libertad estable como meta principal. Otros paises han tenido la oportunidad de hacer lo mismo, y no lo han sabido hacer (como Belarús, Venezuela y seguramente unos cuantos más). ¿Qué pasará en Egipto, Túnez, Bahrein, Libya y Siris? Habrá que verlo, pero el árabe medio tiene las mismas ganas que todos de que le dejen de dar por el culo, así que hay esperanza.

**Mi país de origen es también libre y próspero, pero en lo culinario y meteorológico deja mucho que desear. En lo personal la cosa está menos clara, pero en general me quedo con los de aquí. Explicar el por qué requeriría un ensayo muy largo. Quizás en otro momento.

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